viernes, 23 de octubre de 2015

¿PORQUÉ NO JUZGAN USTEDES MISMOS LO QUE ES JUSTO?



Jesús dijo a la multitud:

Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y éste te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Palabra del Señor

¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? 


Dios no manda al arcángel Gabriel cada vez que quiere darnos una misión. Basta con que estemos atentos a la realidad que nos rodea. Cada cristianos, cada comunidad, cada parroquial, cada diócesis, la Iglesia entera… Todos tenemos que estar atentos para descubrir las llamadas de Dios en los acontecimientos de la vida, en los hechos más sencillos y en los más significativos.

Dame, Señor, unos ojos abiertos para ver la realidad y la sabiduría de tu Espíritu para saber lo que debemos hacer.

Desde todos los rincones me está llamando tu voz.

Siento tu mirada en muchos ojos que me miran.

Oigo tu palabra en muchas voces que me gritan.

Y en aquellos que me necesitan, veo tu mano extendida.

Eres Tú quien me pregunta cuando veo ese niño hambriento, o esa madre extenuada con su hijo a la espalda.

Sé de muchos hombres que no oyen tu evangelio, y de otros que malviven
en chabolas malolientes, y de muchos más que roban para poder seguir viviendo.

Y todos ellos me gritan en silencio que no viva tan tranquilo.

¿Qué puedo hacer yo?

Esos niños que juegan en el barro porque no hay sitio para ellos
en la escuela, y ese hombre sin ganas de vivir porque no encuentra sentido a su vida, y tantos que sufren en las cárceles, y los que, libres, no tienen libertad,
porque otros les niegan la palabra...

Pero también en todos ellos, y desde todos los rincones de la tierra, me está llamando tu voz.

¿Qué ves en el horizonte de tu vida? ¿Chaparrón, vientos, nubes…?

¿Qué te está sucediendo últimamente? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

Amén

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