martes, 12 de mayo de 2015

CONVIENE QUE YO ME VAYA



A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:

Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A dónde vas?»

Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.

Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes.

Pero si me voy, se lo enviaré. y cuando Él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.

El pecado está en no haber creído en mí.

La justicia, en que Yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.

Palabra del Señor

¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Pueden ayudar estas ideas:

El Espíritu nos muestra la verdad más profunda de las cosas, nos ayuda a ver más allá de las apariencias:
   
     Parecía que todo acabó para Jesús el viernes santo. En nuestra sociedad parece que Jesús ha muerto. Sin embargo, el Espíritu nos muestra que está vivo, resucitado junto al Padre.
     
     Parecía, y sigue pareciendo que el príncipe de este mundo, el príncipe del mal avanza victorioso... Parece que Dios cuenta cada vez menos y que el amor está arrinconado. Sin embargo, el Espíritu nos acerca a una verdad más profunda: el Príncipe de este mundo ha sido condenado, el mal no tiene la última palabra, al final vencerá Dios, vencerá el Amor.
     
     Parece que da lo mismo creer o no en Jesús. El Espíritu nos revela otra realidad: Conocer a Jesús y no creer en Él es un pecado, nos empobrece, nos hace infelices, infecundos...

“Señor, envíanos tu Espíritu, perdona y cura nuestra falta de fe, enséñanos a alimentar la fe con la vida y la vida con la fe; alienta en nuestro corazón la llama de la esperanza, danos fuerza para luchar contra el príncipe del mal, y para que tu Reino de amor crezca en esta tierra”

Amén

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