viernes, 26 de septiembre de 2014

¿QUIÉN DICEN QUE SOY YO?






Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy Yo?»

Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado».

«Pero ustedes, les preguntó, ¿Quién dicen que soy Yo?»

Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios».

Y Él les ordenó terminantemente que no lo anunciaran a nadie, diciéndoles:

«El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día».

 

Palabra del Señor.


¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

 
Jesús, nuestro Maestro, nos pregunta: Quién dices que soy yo? ¿Sabes la respuesta? No tengas prisa en responder. No pienses solamente en lo que sabes, piensa en tu relación personal con él, piensa en cómo él influye en la vida de cada día. Cuando lo hayas pensado, dile la respuesta al Maestro.

 ¿Quién te gustaría que fuera Jesús en tu vida?

Jesús es el Mesías de Dios, pero no por eso va a evitar el trago amargo de la cruz. El camino del amor pasa antes de después por la estación dolorosa de la cruz. Jesús nos avisa. Pedimos fuerza para ser fieles en la dificultad.

Aunque cada uno tenemos que dar nuestra respuesta personal, quizá nos pueda servir esta oración:

Tú eres, Jesús, la brújula más precisa para encontrar la felicidad.

Tú eres, Jesús, el camino más recto para construir un mundo de hermanos.

Tú eres, Jesús, el amigo más fiel y el esposo más amoroso.

Tú eres, Jesús, el que viene cuando todos se van y el que se queda cuando todos se marchan.

Tú eres, Jesús, el que se enciende cuando todo se apaga, el único que nunca falla.

Tú eres, Jesús, el sol de mis días claros y la estrella de mis días oscuros.

Tú eres, Jesús, el Salvador de mis miedos, de mis pecados, de mis dudas.

Tú eres, Jesús, el cimento sobre el que construyo mi vida y la meta a la que me dirijo.

Tú eres, Jesús, la razón de mi alegría y el fundamento de mi esperanza.

Tú eres, Jesús, mi amor, mi paz, mi Dios, mi Señor.

Contigo iré, Jesús, si Tú me ayudas. Contigo tomaré la cruz que nos conduce a la Vida más grande. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario