jueves, 24 de septiembre de 2015

ES JUAN, QUE HA RESUCITADO. ES ELÍAS, QUE SE HA APARECIDO



El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado». Otros decían: «Es Elías, que se ha aparecido», y otros: «Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado».

Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es éste del que oigo decir semejantes cosas?» y trataba de verlo.


Palabra del Señor


¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? 


Jesús no pasa inadvertido. No busca la notoriedad, pero su estilo de vida llama la atención. Quieren escucharlo y verlo hasta sus propios enemigos.

¿Cómo es nuestra vida? ¿Llamamos la atención por ser coherentes, por estar con los más pobres, por elegir los últimos puestos, por servir más que nadie, por asumir con esperanza la cruz y el dolor, por creer en Dios y en las personas? ¿o llamamos la atención por otras cosas menos evangélicas?

Señor, líbrame de todo deseo de sobresalir, de parecer más grande o más bueno que los demás, de pretender la fama a cualquier precio.

Pero, si he de llamar la atención, que la llame por ser como tú; por decir la verdad con dulzura, como tú; por acercarme a los más necesitados, como tú; por ser libre frente a los poderosos y al qué dirán, como tú; por no estar apegado al dinero y a la comodidad, como tú; por buscar más el amor que el placer, como tú; por luchar contra el mal sólo con las armas del bien, como tú; por tener paciencia con los que no acaban de aprender, como tú; por perdonar setenta veces siete, como tú; por trabajar en comunidad por la comunidad, como tú; por dar la vida con alegría hasta el final, como tú; por confiar siempre en Dios Padre hasta en los peores momentos, como tú.

Señor, ayúdame a ser cada día más parecido a ti.

Amén

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