jueves, 19 de junio de 2014

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA



DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA
Las primeras tres peticiones del Padrenuestro se pueden sintetizar con la palabra del latín "ADVENIAT” "Venga tu Reino ". Las siguientes cuatro peticiones con la palabra "MISEREOR" "Tengo Compasión". Es el Corazón compasivo de Jesús, que nos enseña a pedir por nuestras necesidades corporales y espirituales.
Después del ayuno de cuarenta días y cuarenta noches dijo el tentador a Jesús: "Si eres Hijo de Dios, di que éstas piedras se conviertan en panes". Conocemos la contestación de Jesús: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" Mt. 4,3-4. Por esto empieza la Oración del Señor con las peticiones que imploran la venida del Reino de Dios. Los ateos quieren construir un nuevo paraíso sin Dios con sus propios esfuerzos. Con las invenciones de la técnica se pueden conseguir fabulosos progresos -y sin embargo nunca hubo más hambre en el mundo que en este siglo, en el cual casi cada segundo muere algún ser humano directa o indirectamente a causa del hambre-.
Dios quiere que sus criaturas imploren a él cada día con humildad. Si nosotros, que somos malos, no damos una piedra al que pide pan, cuánto más nuestro Padre celestial "dará cosas buenas a los que se las piden" Mt 7,9-11. En la vida de los judíos piadosos era y es obligación dar gracias a Dios por los dones de su creación "Comerás, hasta hartarte, y bendecirás a Yahvé tu Dios en esta espléndida tierra que te ha dado" Dt 8,10. Gran parte del hambre en el mundo viene por culpa de los mismos hombres, que han destrozado esta espléndida tierra y la han convertido en desierto.
Aun así, toda la humanidad puede ser nutrida gracias a los últimos logros de la técnica, particularmente por la observación e investigación de la tierra por medio de satélites. ¡Hay tantos víveres que algunos países capitalistas han llegado a destrozar parte de su producción para no perder ganancias financieras!
Cada grano de trigo, su crecimiento, su multiplicación, es un milagro de Dios. Si el Padre celestial no hiciera salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos Mt 5,45, la situación del mundo sería catastrófica. Debemos dar gracias siempre y en todo lugar, ante todo, cuando tomamos los alimentos en la mesa.
"Guárdate de olvidar  Yahvé tu Dios... no sea que cuando comas y quedes harto... tu corazón se engría y olvides a Yahvé tu Dios, que te sacó del país de Egipto" Dt 8,11-14.
En los hogares católicos había antes un rincón, donde se adornaba un crucifijo y una imagen de la Virgen Santísima. Toda la familia se reunía allí para la oración común. Hoy, hasta en la casa de la gente humilde, se encuentra a veces en este lugar el televisor. Ya se reza muy poco. En algunos lugares ya no dan gracias durante la semana y a veces ni siquiera en la Eucaristía del Domingo.
Pero, aparte de esta cuestión, cada bautizado debe rezar el Padre- nuestro con una verdadera "opción por los pobres" sintiendo como Jesús tiene compasión de aquellos que no tienen pan Mt 6,34 y abriendo los ojos para ver al pobre de Lázaro extenuado delante de muchas puertas de nuestras casas y viéndolo particularmente en las zonas indígenas de la patria. Si hacemos esta petición sin la voluntad de distribuir y compartir, nos dice el apóstol Santiago: "Pedís y no recibís porque pedís mal, con la intención de malgastarlo en vuestras pasiones". El tema "Jesús y los pobres" ya se trata en muchos documentos.
Jesús no trajo solamente la gracia y la paz de Dios; él curó también numerosas enfermedades; tuvo compasión de la muchedumbre que no tenía de que comer ni alimentarse. junto con los discípulos que le seguían practicó la limosna. La Bienaventuranza de la pobreza proclamada por Jesús no significa en manera alguna que los cristianos puedan desinteresarse de los pobres que carecen de lo necesario para la vida humana en este mundo. Como fruto y consecuencia del pecado de los hombres y de su fragilidad natural. Ésta miseria es un mal de que. en la medida de lo posible. Hay que liberar a los seres humanos...

El pan cotidiano que pedimos es para los cristianos también como una figura del pan eucarístico. De este pan divino y de la fuerza que nos regala como fruto del sacrificio de la cruz, debemos tener hambre y sed. "Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, que os da el Hijo del hombre" Jn 6,27.

Por el banquete eucarístico recibimos la verdadera vida inmortal. Por la Eucaristía "signo de unidad" y "vínculo de caridad" 1 Cor 10,17 "no sólo conocemos el amor, sino nosotros mismos comenzamos a amar. Entramos, por así decirlo, en la vía del amor y progresamos en este camino. El amor que nace en nosotros de la Eucaristía, se desarrolla gracias a ella, se profundiza, se refuerza" 

Los que se nutren diariamente con el pan eucarístico deben lanzarse con Jesús a la gran aventura de buscar primero el Reino de Dios, sin preocupación miedosa de la vida, del comer, beber, vestirse etc. "No estéis inquietos, que por todas estas cosas se afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis necesidad de ellas" Lc. 12,29-30.





No hay comentarios:

Publicar un comentario