lunes, 20 de abril de 2015

LA OBRA DE DIOS ES, QUE USTEDES CREAN EN ÉL



Después que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino "que ellos habían partido solos.

Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.

Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban en el lugar donde el Señor había multiplicado los panes, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?»

Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es Él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello».

Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?»

Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en Aquél que Él ha enviado».


Palabra del Señor

¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Pueden ayudar estas ideas:

La gente sigue a Jesús, pero Él sabe bien cual es la razón principal de este seguimiento: “me buscáis porque habéis comido pan hasta hartaros”. ¿Por qué seguimos nosotros a Jesús? ¿Por qué somos cristianos? ¿Buscamos a Dios o vamos tras el pan o la tranquilidad que nos regala? Nos lo plantemos. Y pedimos a Dios que nos ayude a purificar nuestra amistad con Él y con los demás.

Si quieres, Señor, puedes purificarnos... de nuestra desmesurada búsqueda de comodidad y "bienestar"; de nuestros horizontes chatos; de nuestra mirada miope que incluye a los nuestros y deja al margen a tantos...

Si quieres, Señor, puedes purificarnos... de los prejuicios con que reducimos a los demás por miedo, de la violencia con la que nos tratamos, de la indiferencia incluso con los más cercanos...

Si quieres, Señor, puedes purificarnos... de nuestras hipocresías, de nuestros cansancios y desencantos, de vivir como si no existieras, de buscar sólo tus regalos y olvidarnos de Tí...

Si quieres Señor, puedes purificarnos... de nuestras faltas de confianza,
de nuestras inseguridades, de nuestro regateo de amor.

Si quieres, Señor, puedes llenarnos de tu compasión, despertarnos tus sueños,
fascinarnos con tu persona y con tu mensaje, tomarnos el corazón para la construcción de tu Reino, hacernos disponibles a tu llamada.


Trabajen por el alimento que perdura hasta la vida eterna.  ¿A qué dedicamos nuestro tiempo, nuestras preocupaciones, nuestro trabajo?

“Señor, enséñanos a valorar las cosas realmente importantes, danos fuerza para cuidarlas y luchar por ellas y apártanos de las preocupaciones sin valor”

La obra que Dios quiere es: que creáis en el que él ha enviado. La obra de Dios es la fe. La fe es un regalo de Dios, un regalo que tenemos que cuidar como el don más frágil y precioso. ¿La cuidamos, le ayudamos a crecer?

¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?

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