viernes, 21 de febrero de 2014

HAY QUE CONTINUAR CON EL TRABAJO DE JESÚS



Cuando una persona muere, todo lo suyo parece que termina con ella; en particular, la muerte acaba con los proyectos, las actividades y el objetivo que tuvo esa persona durante su vida.

En el caso de Jesús no es así; las ilusiones, los proyectos y objetivos, el mensaje y las acciones de Cristo no terminaron con su muerte; tampoco su opción por el reino de Dios, su anuncio por la Buena Nueva.

Es decir, la causa de Jesús sigue viva y necesita ser continuada; el fracaso ha sido aparente, para despertar del sueño con nuevo vigor y con energías renovadas.

La única diferencia es que ya no es el Jesús histórico quien realiza la evangelización, sino sus discípulos con la gracia del Espíritu Santo. Los creyentes, cuerpo místico de Cristo proseguimos con la obra evangelizadora del Maestro. Nosotros, miembros de Cristo unidos a nuestra cabeza, somos los evangelizados y evangelizadores.

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