Jesús dijo
a sus discípulos:
Tengan cuidado de los falsos
profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y
todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos
malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.
Al árbol que no produce frutos
buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes
los reconocerán.
Palabra del
Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Jesús no se deja llevar por las apariencias. Y
quiere que sigamos sus huellas. En todos los momentos de la historia ha habido
personas que han sido lobos rapaces con piel de oveja mansa. Mucho más en
nuestra sociedad en la que la publicidad y el marketing se han desarrollado
tanto. Detrás de formas amables pueden esconderse buenos manipuladores y bajo
formas bruscas pueden presentarse personas sinceras y bienintencionadas. Hemos
de tener cuidado. No podemos ser ingenuos.
“Señor, no dejes que nos dejemos llevar por las
apariencias”
“Danos tu Espíritu para descubrir la verdad de cada
persona”
“Perdona y cura nuestra superficialidad”
Además de advertirnos, Jesús nos ofrece un criterio
para distinguir a los falsos profetas, a los lobos con piel de oveja: los
frutos, las obras... Las palabras pueden ser engañosas. Fijémonos en la vida:
¿son capaces de sufrir por los demás? ¿son fieles a las personas cuando pierden
la salud o el dinero? ¿cambian de discurso según las circunstancias, para
conseguir mayores beneficios personales? ¿se acercan a los pobres, los tratan
con respeto?
No nos conformemos con mirar los frutos y la vida
de los demás. Examinemos también nuestra vida, no sea que también seamos lobos
con piel de oveja.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
¡Qué tiempos estos que
nos toca vivir, en la calle y en la iglesia, tan convulsos y ambiguos que, para
afrontarlos necesitan tu palabra evangélica! En ellos, hay cosas que brillan y
brillan tanto que nos deslumbran antes de conocerlas; y las hay también que nos
seducen al primer golpe, o al cabo de un rato, o al caer de la tarde, o en
plena noche, porque tienen tantas caras y brillos como oscuridades; y también
las hay que juegan a camuflarse y engañan a los caminantes perdiéndolos entre
debates, dogmas y yermas verdades.
Aunque más duro y triste
es encontrarse con personas de cultura y fe reconocida y solvente, que,
humildemente y en tu nombre, se proclaman servidores mas se creen jefes y
señores sin descubrir sus contradicciones. Se arrogan tu representatividad, hacen
sufrir a sus semejantes y traicionan a tantos y tantos creyentes...
Pero Tú nos dijiste para momentos así: "Tened cuidado, no os dejéis engañar; y aunque desplieguen gran parafernalia, no los sigáis... ni a orar ni a tomar cañas.
Pero Tú nos dijiste para momentos así: "Tened cuidado, no os dejéis engañar; y aunque desplieguen gran parafernalia, no los sigáis... ni a orar ni a tomar cañas.
Permaneced firmes en mi
palabra y tendréis vida en abundancia"
AMÉN
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