A la Hora
de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró
diciendo:
Padre
santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su
palabra, creerán en mí.
Que todos
sean uno: como Tú, Padre, estás en mí y Yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.
Yo les he
dado la gloria que Tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.
-“Yo en
ellos y Tú en mí”- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que Tú me
has enviado, y que los has amado a ellos como me amaste a mí.
Padre,
quiero que los que Tú me diste estén conmigo donde Yo esté, para que contemplen
la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre
justo, el mundo no te ha conocido, pero Yo te conocí, y ellos reconocieron que
Tú me enviaste.
Les di a
conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que Tú
me amaste esté en ellos, y Yo también esté en ellos.
Palabra
del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Pueden ayudar estas ideas:
La
oración de Jesús es la de un enamorado. Sus palabras hablan de nosotros con
delicadeza y ternura. Lee despacio este Evangelio y siente la caricia de Jesús,
que sigue rezando al Padre por ti, por todos los creyentes.
“Señor,
gracias por poder sentir la caricia de tu amor”
“Perdona
nuestras palabras agresivas, amenazantes”
Jesús
reza por los suyos. Su oración es el reflejo de su vida entregada a los demás.
Un hombre que lo da todo, reza por todos. Sin embargo nuestra oración a veces
es tan corta como nuestra entrega, tan centrada en nuestros problemas y
alegrías, tan egoísta...
“Señor,
convierte nuestra vida y nuestra oración al amor”
“Perdona
y cura nuestra mirada corta, nuestra plegaria egoísta”
Pide al
Señor por las personas que quieres, por todos los hombres y mujeres del mundo.
Jesús
pide por la unidad, pide insistentemente. Sabe que nos cuesta tan poco creernos
los mejores, cerrarnos en nuestro grupitos, alejarnos de la comunidad, de la
Iglesia.
Pide
perdón de los pecados contra la unidad y únete a la oración de Jesús por la
unidad.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Cuando
llenas mis velas e impulsas mi navío hacia adelante, hacia la
luz que surge en el levante, ella me atrapa y
todo lo recrea.
Cuando
soplas como el viento de la tarde y tu presencia me
envuelve y me transporta se rompen las
amarras, ya no importa conocer el camino,
Tú lo sabes.
Tú que
trazas sendas siempre nuevas y en las estrellas
señalas el camino, Tú que haces del horizonte mi destino y arrancas
mi bajel de la escollera.
Dame de
tu brisa la sabiduría para escuchar su
Palabra y comprenderla para abrir el
corazón y contenerla y en su Pasión
emprender la travesía.
Tú que
eres la brisa que besa la mañana arrancando a las
olas su sonrisa, Tú que eres el manto tibio que suaviza el frío
que me trae la madrugada.
Acaricia
con tu voz mi pensamiento iluminando profecías
en mi alma, lléname de tu paz y de tu calma y enciende
en tu Amor mis sentimientos.
Tú que
eres la pureza de una noche limpia en la que el mapa
del cielo se desvela Tú que eres la luz que en
misterio se revela y das sentido a la historia que inhabitas.
Dame
tus ojos para ver lo que Tú quieres y la mirada que
penetra los misterios, rompe las cadenas de
mi cautiverio y hazme libre para elegir lo que prefieres.
Amén
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