A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:
Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo.
¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: «Me voy y
volveré a ustedes».
Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el
Padre es más grande que Yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que
cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está
por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es
necesario que el mundo sepa que Yo amo al Padre y obro como
Él me ha ordenado.
Palabra del Señor
¿Qué me quieres
decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Pueden ayudar estas
ideas:
La Paz
es un don de la Pascua, de Jesús resucitado. No nos la da como la da el mundo a
cambio de injusticias y sometimientos. La Paz de Jesús es gratis. Jesús nos
ofrece la Paz con Dios, la Paz con los hermanos, con la creación, con nosotros
mismos.
“En mi
corazón Señor hay mucha violencia, dame tu Paz”
“A
veces me cuesta aceptarme, perdonarme; dame tu Paz”
“Gracias
Señor por el don de la Paz”
Los
apóstoles están tristes porque el Maestro les anuncia su marcha. Y Jesús les
dice: “Si me amaráis, os alegraríais”. A todos nos cuesta ver cómo se alejan
las personas amadas. Pero no tenemos en propiedad a los amigos, ni a la
familia.
Tampoco
pertenecemos a nadie, sólo a Dios. Y Dios respeta nuestra libertad; es más, la
multiplica. Tú y yo, y cada persona tiene el derecho y el deber de seguir su
camino, de cumplir su vocación.
“Danos
Señor un amor limpio, que no provoque dependencias”
“Ayúdanos
a encontrar y seguir el camino que nos conduce a Ti”
“Perdona
Señor nuestros intentos de dominar, de quitar libertad”
“Gracias
por habernos creado libres, por querernos siempre”
“Cura
el pecado que hiere y mata la libertad y la felicidad"
Pedimos
la Paz del resucitado con esta oración del Obispo Pedro Casaldáliga:
“Danos,
Señor, aquella Paz extraña que brota en plena lucha como una flor de fuego; que rompe en plena noche como un canto escondido; que llega en plena muerte como el beso esperado. Danos la Paz de los que andan siempre, desnudos de ventajas, vestidos por el viento de una esperanza núbil. Aquella
Paz del pobre que ya ha vencido el miedo. Aquella
Paz del libre que se aferra a la vida”
La Paz
que se comparte en igualdad fraterna como el agua y la Hostia.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario