A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:
Como el
Padre me amó, también
Yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si
cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como Yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he
dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Éste es
mi mandamiento: Ámense
los unos a los otros, como Yo los he amado.
No hay
amor más grande que dar
la vida por los amigos.
Ustedes
son mis amigos si hacen
lo que Yo les mando.
Ya no
los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son
ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.
Así,
todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, Él se lo concederá.
Lo que
Yo les mando es que os amen los unos a los otros.
Palabra
del Señor
¿Qué me quieres
decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Pueden ayudar estas
ideas:
El amor
cristiano, el verdadero amor está dispuesto a dar la vida. Se puede dar la vida
de una vez para siempre y se puede dar la vida poco a poco. La primera forma es
más espectacular y menos habitual, no está al alcance de todos. La segunda, por
contra, es más gris y no se esconde ante nadie. Seguramente, dar la vida cada
día, en cada momento nos va capacitando para poder dar la vida entera. Las
cosas importantes no se aprenden en un minuto. A dar la vida se aprende dando
la vida.
“En mi
trabajo, con los amigos y la familia, cómo puedo
dar la vida, Señor?”
“Señor,
ayúdame a crecer en generosidad”
“Perdona
y cura el egoísmo que me paraliza”
Jesús
nos ha elegido. Nos ha elegido por amor, no por nuestra valía ni nuestros
méritos. Nos ha elegido porque nos ama, porque quiere nuestra felicidad. Y nos
ha elegido para enviarnos, para cumplir su misión, para hacer presente su amor
en el mundo, en este mundo nuestro, tan dolorido como hambriento de amor.
“Señor,
gracias por pensar en mi, gracias por contar conmigo”
“Ayúdame
a ser transparencia de tu amor”
“Enséñanos
a curar las heridas del odio con el bálsamo de amor”
Celebramos
hoy la fiesta de San Matías, el apóstol que sustituyó a Judas Iscariote.
Fue elegido el último y de forma muy especial. No importa el tiempo ni la forma
en que seamos llamados. Lo importante es escuchar la llamada y responder.
“San
Matías, ruega por nosotros, para que tengamos
siempre abiertos nuestros oídos y dispuestos
nuestros pies para seguir a Jesús por los caminos que nos vaya mostrando”
Amén
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