Jesús resucitado había anunciado con qué muerte
Pedro debía glorificar a Dios.
Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo
al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y
le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: «Señor,
¿y qué será de éste?»
Jesús le respondió: «Si Yo quiero que
él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme».
Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de
que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro:
«Él no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te
importa?»
Este mismo discípulo es el que da testimonio de
estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su
testimonio es verdadero.
Jesús hizo también muchas otras cosas.
Si se las relatara detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para
contener los libros que se escribirían.
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Pueden ayudar estas ideas:
Muchas
veces, cuando descubrimos que alguien sigue un camino distinto al nuestro,
vacilamos, nos quejamos... Y Jesús nos tiene que repetir: ¿a ti qué? Tú
sígueme.
A cada uno
el Señor nos marca un camino. No hay ninguno igual, tampoco hay uno
más importante que otro. Sólo es más importante el camino que se recorre con
más amor.
“Señor,
enséñame a vivir mi vocación con alegría”
“Perdona
y cura mis envidias, quejas y vacilaciones”
“Me has
llamado Señor. Seguiré el camino que me señalas”
El
Evangelio ha sido escrito para dar testimonio del amor de Dios Padre que se ha
manifestado en la vida, muerte y resurrección de Jesús, con el don del Espíritu
Santo.
Nuestra
vida ha de ser como un libro abierto donde todos puedan leer que tenemos un
Padre con un corazón lleno de amor, un Hermano que nos ha mostrado con su cruz
y resurrección el camino de la vida y una Fuerza para superar los obstáculos y
avanzar hacia el Padre.
“Señor,
gracias por ser buena noticia para mí”
“Ayúdanos
a ser buena noticia para todos”
“Señor,
escribe recto con los torcidos renglones de mi vida”
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven
Espíritu de Gracia, quebranta el corazón
endurecido, derriba las barreras de mi alma, destierra las
tormentas al olvido.
Desata
los nudos que en mi vida encadenan mis horas
al pasado, libera las sonrisas escondidas y arranca
de mi carne su pecado.
Suelta
mi lengua para la alabanza, extiende mi mente a
tu memoria, ensancha el corazón para que abra las puertas
de mi ser para tu Gloria.
Abre
mis oídos a tu canto, unge mis manos y mi
frente, fortalece mis piernas, Fuego Santo para correr
al lugar donde tu quieres.
¡Impúlsame!
torbellino y arrebato huracanado con tus
siete dones al mundo que adolece de tu encanto y desata
los carismas que en mi escondes.
Muéleme
en el fragor de tu tormenta e ilumina mis ojos
por las noches; toma en tus llamas mi vida toda entera y quémala
en el mar de tus fulgores.
Amén
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