Jesús dijo a sus apóstoles:
Yo los envío como a ovejas en
medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres,
porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa
de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de
ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a
hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese
momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su
Padre hablará en ustedes.
El hermano entregará a su
hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se
rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos
a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una
ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de
Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.
Palabra del
Señor
¿Qué
me quieres decir, Señor?
¿Cómo
puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
Para evangelizar hay que ser sencillos como palomas
y astutos como serpientes. La sencillez y la astucia no están reñidas. Es más,
se necesitan mutuamente. La sencillez sin astucia produce pocos frutos. La
astucia sin sencillez produce malos frutos.
La astucia exige poner en marcha la inteligencia
antes y después de actuar, conlleva analizar la situación en la que nos
encontramos, buscar las estrategias y las ayudas más adecuadas, analizar los
resultados obtenidos... Sin embargo ¡que pocas veces actuamos así! Decimos que
evangelizar es muy difícil y además no estamos dispuestos a actuar con astucia.
De esta manera a pocos llegará el mensaje del Evangelio.
La evangelización también requiere realismo y sobre
todo confianza en Dios. Dificultades no van a faltar, pero el Espíritu de Dios
nunca falla y es más fuerte que cualquier dificultad.
¿Sientes que has sido enviado a evangelizar? ¿Cómo
respondes a la llamada de Cristo? ¿Qué te dice Dios a través de este evangelio?
¿Qué le dices?
¡Salgan, amigos y amigas! Marchen sin miedo.
Vosotros son mis testigos en medio del mundo.
¡Salgan, amigos y amigas! Marchen sin miedo.
Sean expresión de la ternura del Dios de la vida.
Ternura en vuestro rostro, ternura en vuestros
ojos, ternura en vuestra sonrisa, ternura en vuestras palabras, ternura en
vuestras obras, ternura en vuestra lucha.
¡Salgan, amigos y amigas! Marchen sin miedo.
Les esperan afuera, ciudadanos y vecinos.
Ustedes son mis manos para construir un mundo
nuevo de fraternidad, libertad y justicia.
Ustedes son mis labios para anunciar a pobres
y marginados la buena noticia de la libertad y la abundancia.
Ustedes son mis pies para acudir al lado de
las personas que necesitan gestos de ánimo y palabras de bien.
Ustedes son mi pasión para hacerme creíble en sus
casas y ciudades y lograr que niños y adultos vivan como hermanos.
Ustedes son mi avanzadilla para lograr la
primavera del Reino y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.
¡Salgan, amigos y amigas! Marchen sin miedo. Derramen
por doquier ternura y vida.
¡Salgan, amigos y amigas! Marchen sin miedo. Miren
a toda esa multitud que los espera.
Marchen con alegría. ¡Yo los acompañaré todos los
días!
Amén
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