Se acercaron los discípulos de Juan Bautista y le
dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los
fariseos?»
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes
mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será
quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo,
porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan,
el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres
nuevos, y así ambos se conservan!»
Palabra del Señor
¿Qué me quieres
decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Los discípulos
de Jesús no ayunaban como los de Juan y los de los fariseos. ¡Cuánto cuesta
abrirse a la novedad! Somos "animales de costumbres", en una sociedad
que cambia mucho por fuera y poco por dentro. Dios nos invita a vivir la
novedad de cada día, de cada momento, de cada persona, de cada experiencia...
"Señor,
no nos dejes ser esclavos de la rutina"
"Ayúdanos
a descubrir tu presencia en la vida de cada día"
Jesús
es el vino nuevo de Dios. Y necesita odres nuevos, corazones nuevos, vidas
nuevas. Es un vino que transforma la cabeza, el corazón, la mirada, la
voluntad, el comportamiento... ¿Quiero dejarme cambiar por Jesús? ¿Tengo confianza
en él? ¿O prefiero seguir con la rutina, los agobios y la
insatisfacción de cada día?
"Yo
quiero ser, Señor, como el barro en manos del alfarero"
"Toma
mi vida, haz de nuevo"
"Perdona
y cura mi falta de confianza en ti"
"Señor,
¿qué caminos nuevos abres para mi?
El vino
nuevo de Jesús necesita también un mundo nuevo, trae un mundo nuevo, nos da
fuerza para trabajar por un mundo nuevo.
Deja
por un momento tu mente calculadora e imagina. Imagina como sería un mundo
nuevo en Honduras, en Mozambique, en Asia... en tu país, en tu pueblo o ciudad,
en tu familia...
Dios
quiere un mundo nuevo y para Él nada hay imposible.
"Señor,
enséñanos a llevar el vino nuevo de la justicia y del amor a nuestro
mundo"
"Perdona
y cura nuestra falta de compromiso"
"Gracias por las personas que se dejan
transformar por ti y contigo transforman un trocito de mundo"
Señor, decimos que nos gustan las novedades, pero
nos gusta pensar, decir y hacer siempre lo mismo.
Nos cuesta dejar nuestras rutinas y prejuicios. Nos
cuesta cambiar nuestra forma de vernos, de verte, de ver el mundo.
Nos cuesta aceptar la novedad, sobre todo si esa
novedad exige un cambio por nuestra parte.
Nos cuesta aceptar la novedad del Evangelio, la
novedad de tu Palabra, la novedad de tu vida.
Haznos odres nuevos, para acoger el vino nuevo de
tu amor y tu perdón sin merecerlo, porque a nosotros nos cuesta amar y perdonar
a quien no lo merece.
Haznos odres nuevos, para dejarnos encontrar por
ti, porque a veces creemos que, cuando te buscamos, tú juegas al escondite con
nosotros.
Haznos odres nuevos, para seguir el camino que nos
señalas, porque no estamos convencidos de que tú nos conduces a la felicidad y
a la libertad más grande.
Haznos odres nuevos, Señor.
Amén
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