martes, 29 de septiembre de 2015

YO TE VI ANTES QUE FELIPE TE LLAMARA



En aquel tiempo:

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez».

«¿De dónde me conoces?, le preguntó Natanael.

Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera».

Natanael le respondió: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel».

Jesús continuó: «Porque te dije: "Te vi debajo de la higuera", crees. Verás cosas más grandes todavía».

Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el, Hijo del hombre».


Palabra del Señor


¿Qué me quieres decir, Señor?

¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? 


La Biblia nos habla de tres arcángeles con nombre propio:

Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.


Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»


«Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor».


Con un corazón de niño, podemos dirigir a ellos nuestras oraciones:

San Miguel Arcángel, que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda
y que, mediante tu incomparable protección, crezcamos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos acompañe todos los días de nuestra vida.

Arcángel San Gabriel, imploramos tu cercanía para que descubramos cada día las llamadas que Dios nos hace y respondamos con la prontitud y la alegría de la Virgen.

Arcángel San Rafael, que dijiste: «Bendecid a Dios todos los días y proclamad sus beneficios. Practicad el bien y no tropezaréis en el mal.

Buena es la oración con ayuno, y hacer limosna mejor que atesorar oro», te suplicamos nos acompañes en todos mis caminos y nos alcances fuerza para seguir tus consejos.

Amén

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