La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo,
pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a
Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte».
Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son
los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».
Palabra del Señor
¿Qué
me quieres decir, Señor?
¿Cómo
puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
También yo estoy en ese grupo de personas que
escuchaban a Jesús. Él me mira y me dice: ¿Quienes son mi madre y mis hermanos?
Todo el que hace la voluntad de Dios.
Yo soy de la familia de Jesús, no soy ajeno a
él. Para Jesús soy alguien entrañable, de la familia. Escucho con el corazón
estas palabras de Jesús ¿qué siento? ¿Qué le digo?
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? ¿Hasta
donde llega nuestro amor? ¿se cierra en los muros de la familia, de los amigos,
de los que son y piensan como yo?
"Dame Señor una mirada y un corazón
abiertos"
"No permitas que me encierre en mi, en
los míos"
No es suficiente con ser de la familia de
sangre de Jesús, tampoco se trata sólo de pertenecer al grupo que lo acompaña.
Se trata de cumplir la voluntad de Dios. Por eso, podemos decir que María es
madre de Jesús por doble motivo: porque lo dio a luz y porque ninguna criatura
cumplió la voluntad de Dios como ella.
"María enséñanos a cumplir la voluntad de
Dios".
Señor, has dicho: "Mi madre y mis
hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por
obra".
Gracias por considerarnos miembros de tu
familia, porque quieres ser nuestro hermano, por darnos a María como madre.
Gracias por ser de la familia de San
Francisco, Santa Teresa, la madre Teresa de Calcuta...
Gracias por ser de la familia de todas las
personas que hoy han comenzado a trabajar por sus hijos, por su barrio, por su
comunidad, por la gente más necesitada.
Dame unos oídos bien abiertos para escuchar tu palabra en la Biblia, en la conciencia, en el corazón, en los pobres...
Dame unos oídos bien abiertos para escuchar tu palabra en la Biblia, en la conciencia, en el corazón, en los pobres...
Y una voluntad decidida para ponerla por obra.
Amén
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