Éste fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no
habían vivido juntos, concibió un hijo por obra, del Espíritu Santo. José, su
esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió
abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y
le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo
que ha sido engendrado en ella pro- viene del Espíritu Santo. Ella dará a luz
un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de
todos sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado
por el Profeta:
"La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el
nombre de Emanuel",
que traducido significa: «Dios con nosotros».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Hoy
celebramos el nacimiento de la Virgen María. No podemos leer el Evangelio
correspondiente a ese momento de su vida, sencillamente porque no existe. Es
significativo: la mujer que Dios eligió y preparó para ser la madre de su Hijo
no es una princesa, ni siquiera la hija de un personaje famoso, es una mujer
sencilla, desconocida, humilde.
Aprovechamos
esta fiesta del cumpleaños de María para felicitarla:
¡Felicidades,
Madre! Felicidades por Ti, por tu nacimiento.
Felicidades,
Madre, porque creciste en el oscuro camino de la fe.
Felicidades,
Virgen peregrina, porque nos enseñas la ruta de la santidad.
Felicidades,
Madre, porque un día, un mes, en un lugar, de unos padres... naciste como
cualquiera de nosotros y sin embargo de Ti nacería el Salvador del mundo.
Felicidades,
por estar siempre atenta ala palabra del Señor.
Felicidades
porque tu vida fue un Si a la voluntad de Dios.
Felicidades,
María, porque eres la Madre de Dios.
Feliz soy
yo también por tenerte como madre.
Amén
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