Jesús recorría todas las
ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la
Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a
la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas
que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
«La cosecha es abundante, pero
los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe
trabajadores para la cosecha».
Palabra del
Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Jesús recorría todas
las ciudades y las aldeas, enseñando en las sinagogas,
predicando el evangelio.
Una cosa es predicar y otra es enseñar; aunque
estas se parecen mucho, no son iguales, es por esto que la actitud hacia ellas
hace una gran diferencia.
Predicar tiene que ver con alguien que habla el
mensaje esencial del evangelio, alguien que va a un lugar y habla y no tiene
responsabilidad con las personas que escucha, mientras que enseñar toma mas
tiempo y es por lo regular mas pausado y mas profundo en el pensamiento pero
sobre todo, lo mas esencial de enseñar es que es una actividad habitual a un
grupo de personas. Jesús tenía ambas actitudes. Vemos en estos texto que
Jesús tenia la costumbre de recorrer todas las ciudades, barrios, provincias,
enseñando y predicando, enseñando en la sinagogas y predicando a las personas
comunes, para El era algo normal en su vida.
Nosotros muchas veces no tenemos este tipo de
responsabilidad y mucho menos este tipo de actitud, solo nos enfocamos en la
predicación o evangelización cuando tenemos en nuestro horario el tiempo de
hacerlo, no nos enfocamos en que hay que hacer ambas cosas, no solo en el
ministerio que estas involucrado, sino en todos los lugares donde caminas.
Imagínate si nosotros tuviéramos la actitud de Jesús de enseñar y predicar
donde quiera que vayamos.
Predicar en nuestros trabajos, escuelas,
universidades, actividades recreativas, el metro, autobús, carros públicos,
taxi, en todo lugar donde nos encontremos.
Pero la realidad es que no es así, tenemos esta
actividad segmentada en un tiempo especifico, y solo predicamos o enseñamos
cuando tenemos "la ropa" de predicar, o sea; hoy tengo actividades en
la iglesia o en ministerio, entonces hoy me pongo "la ropa" de
enseñar y predicar.
Amén
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