Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos
comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces los fariseos le dijeron:
«¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les
respondió: «¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus
compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en
el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes
de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?»
Y agregó: «El sábado ha sido
hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo del
hombre es dueño también del sábado».
Palabra del
Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Los
judíos vigilan y están alertas para criticar, para acusar... A veces también
nosotros somos así en la familia, con los amigos, en la Iglesia... Lo pienso y
pido perdón.
Jesús disculpa a sus discípulos, "da la cara" por ellos. Cuanto cuesta dar la cara, sobre todo cuando te la pueden partir. Jesús no condena, disculpa, comprende... Perdona hasta lo que le están matando "Perdónales, Señor, que no saben lo que hacen". Hay personas que dan la cara por mí. Jesús mismo también da la cara por mí. Doy gracias y pido fuerza para ser más parecido a Él.
Jesús disculpa a sus discípulos, "da la cara" por ellos. Cuanto cuesta dar la cara, sobre todo cuando te la pueden partir. Jesús no condena, disculpa, comprende... Perdona hasta lo que le están matando "Perdónales, Señor, que no saben lo que hacen". Hay personas que dan la cara por mí. Jesús mismo también da la cara por mí. Doy gracias y pido fuerza para ser más parecido a Él.
La
ley para las personas o las personas para la ley. La elección de Jesús es
clara: la ley al servicio de las personas. ¿Cómo suelo aplicar las leyes a los
que me caen bien? ¿Y a los que me resultan antipáticos? ¿Y a mí mismo?
¿Qué
te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor, Tú nos ofreces tu palabra y tu ley, para
compartir con nosotros tu sabiduría, para conducirnos por el camino de bien, para construir la concordia y la paz, para ayudarnos a encontrarnos contigo.
No permitas que utilicemos la ley para condenar, para
someter a las personas más débiles, para defender los intereses de los
poderosos, para justificar injusticias y atropellos, para convertirla en un
ídolo sin corazón.
Señor, danos sabiduría para comprender tu ley, confianza
y voluntad para aceptarla y cumplirla y acierto para mostrarla a los demás como
camino de vida.
Amén
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