Jesús estaba hablando y una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: «¡Feliz el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!»
Jesús le respondió: «Felices más bien los que
escuchan la Palabra de Dios y la practican»
Palabra del Señor.
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi
vida?
Jesús
ama a su madre María porque lo acogió nueve meses en su vientre y porque sus
pechos lo amamantaron, pero todavía la valora más por escuchar y cumplir la
Palabra de Dios. Para Jesús no valen títulos de sangre, ni los grados
académicos, ni la partida de bautismo. Para Jesús, lo importante es escuchar la
Palabra de Dios y cumplirla.
Escuchar
y cumplir la Palabra de Dios requiere un corazón abierto, para poder acoger la
sorpresa de Dios, seguros de que sus caminos son distintos y mucho mejores que
los nuestros.
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