Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús dijo a
sus discípulos: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres:
lo mataran y al tercer día resucitara». Y ellos quedaron muy apenados.
Al llegar a Cafarnaúm, los cobradores del impuesto
del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿El Maestro de ustedes no
paga el impuesto?» «Sí, lo paga», respondió.
Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a
preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las
tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?» Y como Pedro
respondió: «De los extraños», Jesús le dijo: «Eso quiere decir que los hijos
están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa
el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella
una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi
vida?
Jesús advierte muchas veces a sus discípulos cuál va
a ser su futuro más bien no muy lejano. Ellos se pusieron tristes. Parece que
la tristeza que les provoca la noticia de la muerte les hace sordos para
escuchar el anuncio de la resurrección.
Desde entonces, los cristianos hemos sido bastante torpes para armonizar la muerte y la resurrección. En ocasiones hemos destacado tanto la muerte, que la resurrección se ha quedado totalmente oscurecida. Y en otros momentos, hemos exaltado tanto el domingo de resurrección que olvidamos todo lo ocurrido el jueves y el viernes santos.
Desde entonces, los cristianos hemos sido bastante torpes para armonizar la muerte y la resurrección. En ocasiones hemos destacado tanto la muerte, que la resurrección se ha quedado totalmente oscurecida. Y en otros momentos, hemos exaltado tanto el domingo de resurrección que olvidamos todo lo ocurrido el jueves y el viernes santos.
¿Dónde te sitúas tú? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le
dices?
Nos fijamos también en la segunda parte del
Evangelio. Jesús no se considera obligado a pagar el impuesto, pero al final lo
paga. Jesús a veces rompe con lo que está establecido, pero en otras ocasiones
cumple, aunque no esté convencido. ¿Cómo entender este comportamiento del
Maestro? Quizá sabe que no se puede cambiar todo de un golpe. Por otra parte,
Jesús, aunque es coherente con sus ideas, sabe que por encima de las ideas está
el bien de las personas.
“Señor, enséñanos a hacer en cada momento tu
voluntad”
“Danos fuerza para romper con lo que hay que romper y
paciencia para aguantar lo que no conviene cortar”.
Por los
caminos del mundo
Tú has pasado diciendo la verdad.
Por los
caminos de la tierra Tú has sido peregrino y mensajero
del Padre.
Por los
caminos de la historia Tú has estado atento a los signos
de los tiempos.
Por los
caminos de los pobres Tú has hecho la voluntad del
Padre.
Por los
caminos de Dios
Tú has ido al encuentro de todos, hijos y
marginados.
Por los
caminos de la periferia Tú has anunciado la Buena
Noticia.
Por los
caminos de los hermanos
Tú has
hecho el camino hacia el Padre.
Por los
caminos de la vida Tú mismo has hecho tu propio
camino.
Por tus
caminos, llévame, Señor. Jesús advierte muchas veces a sus
discípulos cuál va a ser su futuro más bien no muy lejano. Ellos se pusieron
tristes. Parece que la tristeza que les provoca la noticia de la muerte les
hace sordos para escuchar el anuncio de la resurrección.
Desde entonces, los cristianos hemos sido bastante
torpes para armonizar la muerte y la resurrección. En ocasiones hemos destacado
tanto la muerte, que la resurrección se ha quedado totalmente oscurecida. Y en
otros momentos, hemos exaltado tanto el domingo de resurrección que olvidamos
todo lo ocurrido el jueves y el viernes santos.
¿Dónde te sitúas tú? ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Nos fijamos también en la segunda parte del
Evangelio. Jesús no se considera obligado a pagar el impuesto, pero al final lo
paga. Jesús a veces rompe con lo que está establecido, pero en otras ocasiones
cumple, aunque no esté convencido. ¿Cómo entender este comportamiento del
Maestro? Quizá sabe que no se puede cambiar todo de un golpe. Por otra parte,
Jesús, aunque es coherente con sus ideas, sabe que por encima de las ideas está
el bien de las personas.
“Señor, enséñanos a hacer en cada momento tu
voluntad”
“Danos fuerza para romper con lo que hay que romper y
paciencia para aguantar lo que no conviene cortar”.
Por los
caminos del mundo
Tú has pasado diciendo la verdad.
Por los
caminos de la tierra Tú has sido peregrino y mensajero
del Padre.
Por los
caminos de la historia Tú has estado atento a los signos
de los tiempos.
Por los
caminos de los pobres Tú has hecho la voluntad del
Padre.
Por los
caminos de Dios
Tú has ido al encuentro de todos, hijos y
marginados.
Por los
caminos de la periferia Tú has anunciado la Buena
Noticia.
Por los
caminos de los hermanos Tú has hecho el camino hacia el
Padre.
Por los
caminos de la vida Tú mismo has hecho tu propio
camino.
Por tus
caminos, llévame, Señor.
Amén
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