Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que
difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más
fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el
Reino de los Cielos».
Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír
esto y dijeron: «Entonces, ¿quién podrá salvarse? »
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para
los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible».
Pedro, tomando la palabra, dijo: «Tú sabes que
nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a
nosotros?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que en la
regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de
gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para
juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa,
hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y
obtendrá como herencia la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos
de los últimos serán los primeros».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi
vida?
La riqueza es un gran impedimento para seguir a
Jesús. Quizá sea el más insalvable. El primer paso para superar este obstáculo
es reconocerlo. Casi siempre pensamos que somos pobres y que los ricos son los
otros. Todos tenemos unas riquezas u otras. Todos estamos apegados a ellas, más
o menos.
“Señor,
enséñanos a usar los bienes, sin depender de ellos”
“Perdona y
cura nuestro a afán de poseer, de acumular”
“Gracias por las personas que saben dejarlo todo por
ti”
Para los hombres es imposible, pero para Dios nada
es imposible”. Dejarlo todo es signo de nuestra entrega al Señor, pero antes
que eso es un don de Dios. Él nos da la posibilidad de dejarlo todo. Es un don
que tenemos que pedir y vivir en lo más pequeño de cada día.
“Señor, danos el don de la pobreza y la
disponibilidad”
Dios no se deja ganar en generosidad. ”El que por mí
deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá
cien veces más, y heredará la vida eterna”.
¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué te ha dado Dios cuando
has sido generoso con Él?
¿Que te dice Dios? ¿Qué le dices?
Dice el Evangelio de hoy: DIOS LO PUEDE TODO, NADA
ES IMPOSIBLE PARA DIOS.
¿Por qué tengo tristeza, si nada es imposible para ti?
¿Por qué tengo dudas, si nada es imposible para ti?
Enséñame a amar, porque nada es imposible para ti.
Enséñame a amar, porque nada es imposible para ti.
Enséñame a perdonar, porque nada es imposible para ti.
Tú te hiciste hombre, porque nada es imposible para ti.
Tú venciste a la muerte, porque nada es imposible para ti.
Tú estás entre nosotros, porque nada es imposible para ti.
¿Por qué tengo miedo, si nada es imposible para ti?
No te rindas, aunque a veces duela la vida, aunque pesen los muros, y el tiempo parezca tu enemigo.
No te rindas, aunque a veces duela la vida, aunque pesen los muros, y el tiempo parezca tu enemigo.
No te rindas, aunque las lágrimas
surquen tu rostro y tu entraña, demasiado a menudo.
Aunque
la distancia con los tuyos parezca insalvable, aunque el amor sea hoy un anhelo
difícil,
y a menudo te muerdan: el miedo, el dolor, la soledad, la tristeza y la
memoria.
No te
rindas, porque sigues siendo capaz de luchar, de reír, de esperar, de
levantarte las veces que haga falta.
Tus
brazos aun han de dar muchos abrazos, y tus ojos verán paisajes hermosos.
Acaso cuando te mires al espejo, no reconoces lo hermoso, pero Dios,
sí.
Dios te conoce, y porque te conoce, sigue confiando en ti, sigue
creyendo en ti, sabe que, como el ave herida, sanarán tus alas, y levantarás el vuelo,
aunque ahora parezca imposible.
No te
rindas, que hay quien te ama sin condiciones, y te llama a creerlo.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario