Jesús dijo a sus discípulos:
«En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. La
gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y
llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.
Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se
vendía, se plantaba y se construía. Pero el día en que Lot salió de Sodoma,
cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos. Lo
mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre.
En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa no
baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo no vuelva atrás.
Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de salvar su vida la perderá; y el
que la pierda la conservará.
Les aseguro que en esa noche, de dos que estén en el mismo lecho, uno
será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una
será llevada y la otra dejada».
Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?»
Jesús les respondió: «Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Pueden ayudar estas ideas:
No es
éste un evangelio fácil de comprender. Por eso, en vez de explicar cada frase,
nos vamos a centrar en las palabras que, creemos, son más importantes: El que
quiera guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda la recobrará. Quiere
guardar su vida el que se preocupa únicamente de sus intereses: comer, beber,
vender, comprar, sembrar... Cuando nos cerramos sobre nuestro interés, la
felicidad no nos cabe dentro, acabamos perdiendo la vida.
"Señor, perdona mi egoísmo y ayúdame a salir de él"
Pero
hay un camino que conduce a la vida: perderla, entregarla, gastarla, ofrecerla,
regalarla... por amor. Entregarla en el trabajo de cada día, en la convivencia
familiar y con los amigos, en la vida de la comunidad cristiana, en la sociedad
que vivimos. No se trata de hacer muchas cosas raras. Se trata principalmente
de hacer lo que hace todo el mundo, pero con otro estilo, desde la generosidad,
desde la gratitud.
"Ayúdame
a abrirme a mis hermanos"
"Que
mi primera ocupación sea, Señor, amarte y amar a las
personas"
Finalmente
recordamos a personas que hacen vida estas palabras de Jesús. Seguro que
descubrimos muchas cerca de nosotros, personas que gastan su vida, con la
confianza de que Dios resucitará, multiplicará los frutos de su trabajo, muchas
veces callado y desapercibido. Damos gracias por ellas y por las veces en que
también nosotros actuamos así.
Tú nos
llamas en medio de la vida, nos llamas en cada
circunstancia nos invitas a construir el Arca, como a Noé, ese espacio donde Tú vuelves a iniciarlo todo, vuelves a rehacer la vida con nosotros.
Y nos
cuesta creerte.
Vivimos
superficialmente y deprisa, sometidos por el
egoísmo, ese ladrón que nos roba la alegría y nos
deja sin ánimo para seguir adelante.
No
distinguimos al ladrón y para cuando nos
damos cuenta ya nos lo ha robado todo.
Tú nos
hablas de estar atentos a la vida, donde Tú te haces
presente, para mostrarnos el camino de la felicidad.
Tú
estás en medio de la vida, como Señor de la
Historia, y vienes en cada acontecimiento.
Ayúdanos
a estar despiertos para reconocerte y recibirte.
Enséñanos
a orar, a mantener nuestro espíritu firme en Ti, que eres
nuestra Roca firme, que permaneces fiel en medio de los avatares de la vida, que nos
salvas en toda situación que nos afecta.
Que nos
encontremos contigo en toda
circunstancia y en todo momento y sepamos disfrutar
de tu presencia y señalarla a cuantos no te encuentran.
Amén
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