El cuarto mandamiento nos lleva a pensar en la grandeza del amor que podemos vivir en la familia.
El quinto sacramento nos lleva a soñar que nuestros hijos nos honrarán como nosotros les debemos de enseñar.
Es un amor que comienza con el matrimonio, continúa en la relación entre padres e hijos y culmina con la edificación de la sociedad.
Sólo en la experiencia de est amor podremos llegar a tocar el amor de Dios.
Vivir el matrimonio con amor y sentir el apoyo de una familia nos pone en linea directa con Dios.
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