El hombre tiene la capacidad de ponerse en sintonía con Dios, puede hablar con el CARA A CARA, como habla un hijo cons su padre:
"Día tras día, Señor de mi vida, que dé delante de ti CARA A CARA.
De manos juntas, quedaré delante de tí señor del universo, CARA A CARA.
En este mundo que es tuyo, en medio de las fatigas, del tumulto, de las luchas, de la multitud agitada he de mantenerme delante de tí CARA A CARA.
Y, cuando mi tarea en este mundo, estuviere acabada, oh Rey de Reyes, solo y en silencio, permaneceré delante de ti CARA A CARA, Amém"
Dios está siempre esperando que nosotros le dirijamos nuestras palabras, pues persigue al hombre con sus ternuras. No espera discursos complicados, simplemente aguarda nuestra ilusión de ponernos frente a Él CARA A CARA.
El hombre que vive en plena sintonía con Dios, posee la certeza de estar siempre acompañado por el mejor de los padres y estar siempre CARA A CARA.
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