Todos los publicanos y pecadores se acercaban a
Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo:
«Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo entonces esta parábola: «Si alguien
tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo
y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? y cuando la
encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa
llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque
encontré la oveja que se me había perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y
nueve justos que no necesitan convertirse».
Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez
dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con
cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas,
y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había
perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los
ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este
evangelio en mi vida?
Los
judíos y fariseos murmuraban... criticaban sin saber los qués y los porqués.
Nos duele cuando nos critican, pero caemos mil veces en este pecado. Pedimos
perdón. Damos gracias por las personas que no critican, que saben ver lo
positivo de los demás.
Jesús ha
salido de la "comodidad" de su cielo para buscar ovejas perdidas,
monedas extraviadas. Ha salido por ti y por mí, porque somos importantes,
valiosos para él. Ha salido muchas veces, de muchas formas, a través de tantas
experiencias, de tantas personas. Recuerdo momentos concretos
"Gracias,
Jesús, porque soy importante para ti"
"Dame
fuerza, Jesús, para ir a buscar a los perdidos, aunque murmuren contra mi"
Seguramente
en alguna ocasión hemos sentido la alegría de recuperar la amistad de una
persona importante para nosotros. Se llora de alegría. Eso le pasa a Dios,
nuestro Padre. Por eso, cuando te acerques a él después de haberte alejado,
contempla el rostro de Dios sonriente, emocionado, feliz... y dale
gracias por lo mucho que te quiere.
Jesús,
Buen Pastor, queremos seguir tus pasos.
Danos tu
Espíritu, para aprender a vivir en la misericordia.
Ayúdanos
a descubrir la gratuidad de tu amor, entrega generosa, don de vida que se
regala.
Queremos
compartir tu sueño de construir un mundo justo, donde exista igualdad y una fraternidad real, donde
haya pan para todos y la
libertad sea una luz que ilumine a todas las personas.
Danos tu
Espíritu, Jesús, Buen Pastor, para perseverar en nuestra búsqueda, para seguir en camino, para animarnos a la esperanza activa de hacer un
Reino de paz y de bondad para todos.
Jesús,
Buen Pastor, que pasaste haciendo el bien, viviendo la misericordia en la atención a los
enfermos, en la búsqueda de los
marginados, en la denuncia de
las injusticias, en la apertura
al Dios de la vida, en la
enseñanza paciente de los discípulos, en el anuncio del Reino para todos.
Danos tu
Espíritu, Jesús, para seguirte, para imitar tu entrega, para
hacer el bien en nuestros días, en
el camino de cada uno, para
vivir en la bondad,
caminando hacia tu Reino.
caminando hacia tu Reino.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario