Jesús fue
a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no
pudo permanecer oculto.
En
seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar
de Él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen
sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
Él le
respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de
los hijos para tirárselo a los cachorros».
Pero ella
le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen
las migajas que dejan caer los hijos».
Entonces
Él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de
tu hija». Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y
liberada del demonio.
Palabra
del Señor
¿Qué me quieres
decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer
realidad este evangelio en mi vida?
Pueden ayudar estas
ideas:
Procurando
pasar desapercibido... ¡Cuánto dicen estas palabras! A nosotros también nos
gusta pasar desapercibidos, sobre todo cuando nos interesa. Pero ¡cuántas
veces llamamos la atención de mil formas, más o menos sutiles para que se nos
tenga en cuenta, para que se reconozca nuestro trabajo. ¿Qué te dice Dios? ¿Qué le
dices?
No
sabemos bien por qué Jesús uso de tanta dureza con aquella mujer. Quizá para
poner a prueba su fe. Y la fe de esta extranjera brilló con toda su fuerza. Tantas
veces nos creemos tratados con dureza por Dios. Parece que no nos escucha, que
calla, que nos da lo contrario de lo que le pedimos...
Señor,
aunque no siempre lo reconocemos, te necesitamos, como
la mujer cananea.
Por eso
te decimos: "Ten compasión de mí, Señor,
Señor, socórreme".
A veces
no te sentimos a nuestro lado, parece que estamos
en tu lista negra, que nuestras palabras no llegan a tus oídos y tu corazón está cerrado a nuestro dolor.
Danos
un corazón que no desconfíe, que sepa pedir y
esperar tu ayuda.
Conserva
y auméntanos el don de la fe, para sepamos que Tú
estás, aunque no te sintamos.
Era una
extranjera. Pero nos da ejemplo de una fe inquebrantable. Hay muchas personas
que no son de las nuestros, de nuestro país, de nuestra religión, de
nuestro partido, no tienen nuestras costumbres, nuestra cultura... y también
nos dan ejemplo.
"Señor,
ayúdanos a descubrir y a romper nuestros prejuicios"
"Ensancha
Señor mi pensamiento y mi corazón"
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