Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los
ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en
su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas
de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: «Vengan, benditos de
mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el
comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed,
y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me
vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver».
Los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te
alojamos: desnudo, y te vestimos? ¿Cuando te vimos enfermo o preso, y fuimos a
verte?»
Y el Rey les responderá: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con
el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo».
Luego dirá a los de su izquierda: «Aléjense de mí, malditos; vayan al
fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve
hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era
forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y
preso, y no me visitaron».
Éstos, a su vez, le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o
sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?»
Y Él les responderá: «Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el
más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo».
Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.
Palabra del Señor
¿Qué me quieres
decir, Señor?
¿Cómo puedo
hacer realidad este evangelio en mi vida?
Pueden ayudar
estas ideas:
El camino de la Cuaresma es camino de conversión.
En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a:
Descubrirle en los pobres, enfermos, hambrientos y
sedientos... en definitiva en todas las personas, porque todos somos pobres.
Hay pobres de dinero, de compañía, de esperanza, de fe, de amigos, de salud, de
libertad, de cariño... Y hay pobres de todo. Éstos eran los preferidos de Jesús
y deben ser nuestros preferidos.
“Señor, dame una mirada contemplativa”
A dar a cada uno lo que necesita. Y a darlo con
amor. Porque dándolo a los hermanos, a Cristo mismo lo ofrecemos.
“Señor, haznos ricos en generosidad”
A valorar a las personas por su capacidad de amor,
de entrega... Y no por otros criterios tan importantes como la inteligencia, el
aspecto físico, el dinero, el poder...
“Ayúdanos a valorar según tu corazón”
La Madre Teresa dijo:
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que
necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la
cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún
necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de
mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar
a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame
alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros
hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan
de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
MADRE TERESA DE CALCUTA
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