Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por
diente". Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al
contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale
también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica,
déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina
dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo
prestado.
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Jesús
sabe que a la violencia sólo se le puede ganar a fuerza de amor, al egoísmo con
el poder de la generosidad, y al odio a base de perdón. Este es el camino que
Jesús nos presenta en su Evangelio.
“Perdona
y cura la violencia, el egoísmo y el odio de mi corazón.
Gracias
por presentarme tu otra mejilla, por darme no sólo la
túnica, sino tu propia vida, por acompañarme, aún
cuando quiero caminar solo, por darme, aún antes
de pedirte nada, por no rehuirme y hacerte una y mil veces el encontradizo.
Enséñame
a ser como Tú, Señor”
Poner
la otra mejilla es amar al que no te corresponde, trabajar
por los demás a cambio de rechazos ofrecer la amistad a
quien te odia seguir intentándolo cuando un proyecto sale mal
Poner
la mejilla es un don de Dios que tenemos que pedir y una tarea en la que
debemos empeñarnos cada día.
¿A quiénes, en qué momentos debo poner la otra mejilla?
¿Qué te dice Dios?
¿Qué le dices?
Elige amar en vez de odiar, crear en vez de
destruir, perseverar en vez de claudicar, alabar en vez de criticar, curar en
vez de herir, reconciliar en vez de pelear, enseñar en vez de
esconder, compartir en vez de robar, actuar en vez de aplazar, crecer en
vez de conservar, comprender en vez de juzgar, unir en vez de
separar, alumbrar en vez de esconder, bendecir en vez de blasfemar, compartir en
vez de almacenar, sembrar en vez de cosechar... y en vez de morir
vivirás.
Y sabrás por qué mi palabra es palabra de vida y mi
evangelio buena noticia; por qué de nada sirve, aunque se estile, echar a
vestido viejo remiendo de paño nuevo y vino nuevo en odres viejos.
Deja ya de soñar en rebajas, en normas y en
trampas legales, y no intentes comprar el reino de mi Padre.
No te arrastres bajo el peso de la ley; corre libremente
impulsado por el amor.
Y, en vez de morir, ¡vive!
¡Empieza a ser cristiano!
Amén
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