miércoles, 9 de julio de 2014

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA



Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo y se hablaba de Él por  toda la tierra de alrededor. Enseñaba en la sinagoga de cada lugar y todos le alababan.

Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. En el día del reposo dentro en la sinagoga, como era su costumbre y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:

“El Espíritu del Señor está sobre mi, porque me ha consagrado para llevar la buena nueva a los pobres, me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos; anunciar el año favorable del Señor”

Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí, seguían mirándole. Él comenzó a hablar diciendo:

-“Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes”-

Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía, se preguntaban:

-“¿No es éste el hijo de José?”-

Jesús les respondió:

-“Seguramente ustedes me dirán este refrán: ´Médico, cúrate a ti mismo´ y además me dirán: ´Lo que oímos lo hiciste en Capernaum, hazlo también aquí en tu propia tierra´”

Y siguió diciendo:

-“Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. Verdaderamente había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país, pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán que era de Siria”-

Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, parra arrojarlo abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.
  

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