sábado, 12 de julio de 2014

EL NACIMIENTO DE JESÚS



El nacimiento de Jesús fue así:

María su madre estaba comprometida para casarse con José. Pero antes de que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:

-“José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que va a tener es del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así, porque salvará a su pueblo de sus pecados”-

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:
-“La virgen quedará encinta y tendrá un hijo al que pondrán por nombre Emanuel, que significa Dios con nosotros”-

Por aquel tiempo, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo. Este primer censo fue hecho Cirenio gobernador de Siria. Todos tenían que ir a su propio pueblo.

Por esto, José salió del pueblo de Nazaret de la región de Galilea y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David.

Fue allá a inscribirse, junto con María que estaba comprometida para casarse con él y se encontraba encinta. Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y ahí nació su primer hijo y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón.

Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos y tuvieron mucho miedo, pero el ángel les dijo:

-“No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será de gran alegría para todos. Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo”-

En aquel momento aparecieron junto al ángel muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:

-“Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra, entre los hombres que gozan de su favor”-

Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros:

-“Vamos pues a Belén, a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado”-

Fueron de prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en un establo. Cuando lo vieron se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño y todos los que oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón y lo tenía muy presente. Los pastores por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho. 

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