Llevaron a Jesús a un sitio
llamado Gólgota, que significa el cerro de la calavera y le dieron vino
mezclado con mirra pero Jesús no lo captó. Entonces lo crucificaron. Y los
soldados echaron suertes para repartirse entre si la ropa de Jesús y ver que se
llevaría cada uno.
Eran las nueve de la mañana
cuando lo crucificaron. Y pusieron un letrero en el que estaba escrito la causa
de su condena: “El rey de los judíos” Con Él también crucificaron a dos
bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Los que pasaban lo
insultaban, meneando la cabeza, diciendo: -Eh tú, que derribas el templo y en
tres días lo vuelves a levantar, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz-
De la misma manera se
burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestro de la ley y le decían:
-Salvó a otros, pero a si mismo no puede salvarse. Que baje de la cruz ese
Mesías, rey de Israel para que veamos y creamos-
Uno de los criminales que
estaba colgado le insultaba: -Si tu eres el Mesías sálvate y sálvanos a
nosotros también-
Luego añadió: -Jesús
acuérdate de mí cuando comiences a reinar- Jesús le contestó: -Te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso-
No hay comentarios:
Publicar un comentario