Jesús les dijo: “Todo esto
se los había dicho cuando todavía estaba con ustedes; tenía que cumplirse todo
lo que está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos
referente a Mí”
Entonces les abrió la mente para que entendieran las escrituras.
Y le dijo: “Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su
resurrección de entre los muertos al tercer día. Luego debe proclamarse en su
nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén,
y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes
son testigos de todo esto.
Ahora yo voy a enviar sobre
ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues en la ciudad hasta que sean
revestidos de la fuerza que viene de arriba”
Jesús los llevó hasta cerca
de Betania, y levantando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía se
separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos se postraron ante Él. Después
volvieron llenos de gozo a Jerusalén y continuamente estaban en el Templo
alabando a Dios.
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