martes, 29 de julio de 2014

JESÚS LES LAVA LOS PIES A SUS DISCÍPULOS



Era el día anterior a la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que había llegado la hora de que dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. El siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.

El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad, así que mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste le dijo:

-Señor, ¿Tú me vas a lavar los pies a mí?-

Jesús le contestó: -Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás-

Pedro le dijo:

-Jamás permitiré que me laves los pies-

Respondió Jesús:

-Si no te lavo los pies, no serás de los míos-

Simón Pedro le dijo:

-Entonces, Señor, no me laves solamente los pies sino también las manos y la cabeza-

Pero Jesús le contestó:

-El que está recién bañado no necesita más que lavarse los pies porque está todo limpio y ustedes están limpios, aunque no todos-

Dijo: -No todos- porqué sabía quien lo iba a traicionar.

Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la ropa exterior.se sentó otra vez a la mesa y les dijo:

-Entiendan ustedes lo que yo les he hecho. Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón porque lo soy. Pues si, yo el Maestro y Señor les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben de lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Les aseguro que ningún criado es más que su amo, y que ningún enviado es más que el que lo envía. Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos. No estoy hablando de todos ustedes, yo sé quienes son los que he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la escritura: ´El que come conmigo, no se ha vuelto contra mí´ Les digo esto de antemano para que cuando suceda, ustedes crean que soy el que soy. Les aseguro que el que recibe al que yo envío, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado-

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