Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: "No cometerás
adulterio". Pero Yo les digo: El que mira a una mujer deseándola ya
cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado,
arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano
derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es
preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
arrojado al infierno.
También se dijo: "El que se divorcia de su
mujer debe darle una declaración de divorcio". Pero Yo les digo: El que se
divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer
adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido comete
adulterio.
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi
vida?
Jesús nos invita evitar ocasiones de peligro, a
purificar todas las impurezas internas y externas, más graves y más leves. Todo
pecado nos aparta de Dios, nos rompe por dentro, nos separa de los hermanos,
retrasa la plena manifestación del Reino de Dios. No podemos perder el
“respeto” al pecado. Si minusvaloramos sus efectos, nos vence. No olvidemos que
el pecado sabe camuflarse en apariencias de bondad.
¿Cuáles son los pecados que más suelo cometer? ¿Qué
ocasiones me llevan a pecar? ¿Qué tendría que quitar de mi vida para llevar una
vida más conforme a la voluntad de Dios?
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
Señor,
enséñame tus caminos instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame,
porqué tú eres mi Dios y mi Salvador, y todo
el día estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.
El
Señor es bueno y recto, y enseña el camino a los
pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.
Las
sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El
Señor se confía con sus fieles y les
da a conocer su alianza.
Tengo
los ojos puestos en el Señor, porque
él saca mis pies del peligro.
Gloria
al Padre...
Amén
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