jueves, 19 de junio de 2014

Y LIBRANOS DEL MAL



Y LÍBRANOS DEL MAL

No se trata en esta petición de los muchos males que diaria- mente sufrimos y que en gran parte son consecuencia del único mal verdadero dentro de nosotros: del pecado.

Jesús discute con los judíos sobre la liberación de este mal. Ellos, orgullosos de ser hijos de la raza y del pueblo elegido, oyen la advertencia de Cristo: "Todo el que comete pecado es un esclavo". De esta desgracia interior Cristo nos quiere liberar.

En la profundidad de nuestra alma están las raíces del pecado, la inclinación al orgullo, a la envidia, a la murmuración, a la  infidelidad. "La verdad nos hará libres". La verdad nos ayuda a pasar por las pruebas que Dios nos tiene reservadas, para nuestra salvación y la de otros.

Los salmos nos describen males casi incomprensibles, que afligen a los justos. El Salmo 22, que rezó Cristo en la cruz, es uno de los más profundos gritos de la liberación que han subido de la tierra al cielo. "Libra mi alma de la espada, de las garras del perro mi vida, sálvame de las fauces del león".

Cristo quiso "aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, al diablo, y libertar a cuantos por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud". Uno de los males más grandes en nosotros en la tibieza. Tampoco
respecto a este punto delicado no debemos evadir a la verdad "que nos hará libres". La palabra de Dios nos abre los ojos: "Conozco tu conducta: no eres ni frió ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío, ni caliente, voy a vomitarte de mi boca... Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.

En la medida que no damos cabida a dios en nuestro corazón, el demonio ejerce si influjo sobre nosotros. Su influencia puede alcanzar diferentes capaz de nuestro ser. Hombres inteligentes de excelente formación general pueden convertirse en ciegos, sordos y mudos en el campo religioso. Hasta alegan ser "tolerantes" y no saben, que por si infidelidad a Cristo y a su Iglesia, y a las
promesas de su bautismo, ya trabajan para el diablo.

Nosotros no podemos nunca juzgar quién y en qué medida se ha entregado uno al Maligno. Sabemos de la posibilidad: "viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón". Fácilmente arrebata lo sembrado, cuando hubo solo una brevísima instrucción de Primera Comunión, una gran fiesta social con un gran
desayuno y después casi ningún cultivo de lo sembrado por Dios. Mientras la gente dormía, el enemigo malo sembró la cizaña en el trigo. el diablo actúa en todas las esferas de la vida humana.

Para el Reino de Cristo no hay "tierra" de nadie". Mientras los asuntos y bienes que nos fueron confiados no son administrados con honradez según la voluntad de Dios, se convierte gradualmente en una presa de Satanás. Mientras dormimos o andamos tibios el enemigo malo trabaja. ¡Y cómo trabaja! "La cizaña son los hijos del Maligno, el enemigo que la sembró es el Diablo".

Palabras de suma claridad. Si pensamos en los miles de niños, jóvenes y estudiantes, que en todo el mundo son pervertidos diariamente por la educación atea debemos rezar el "Líbranos" con mucho mayor fervor. Con todos estos hermanos amenazados por el mal, somos solidarios ante Dios. Los debemos salvar por nuestras oraciones y nuestro apostolado. Toda la oración de la Iglesia es siempre oración comunitaria. Todos andamos en peligro. Estamos en zona de combate, de emergencia, expuestos a la actuación del misterio de combate, de emergencia, expuestos a la actuación del misterio de la impiedad, a todo tipo de maldades, a un verdadero "poder seductor, que les hace creer en la mentira"

El más grande y definitivo es la eterna condenación. Cristo amenaza con ella a los que dan escándalo a los pequeños. A todos los que trabajan en el campo educacional, en la producción de películas, a los dueños de las salas de cine, esta verdad les debe abrir los ojos y hacerles, para que no cooperen con las fuerzas del mal.

En las Letanías de los Santos, que rezamos en la Vigilia Pascual, pedimos al Señor crucificado y resucitado: " De todo mal – de todo pecado- de la muerte eterna: Líbranos, Señor".

La Instrucción sobre la Libertad cristiana y Liberación, 1986 se ocupa profundamente del tema de la liberación del mal: Ya en la introducción leemos:
“Cristo, por medio de su cruz y su resurrección, ha realizado nuestra redención, que es la liberación del mal radical, es decir, del pecado y del poder de la muerte. Cuando la Iglesia, instruida por el Señor, dirige su oración al Padre: "Líbranos del mal", pide que el misterio de salvación actúe con fuerza en nuestra existencia de cada día. Ella sabe que la cruz redentora es en verdad el origen de la luz y de la vida, y el centro de la historia...

En la catequesis del miércoles 13 de agosto de 1986, sobre ángeles y demonios el Papa Juan Pablo II hizo aclaraciones que no deben faltar en este contexto:

Según la Sagrada Escritura, y especialmente el Nuevo Testamento, el dominio y el influjo de Satanás y de los demás espíritus malignos se extiende al mundo entero.

La acción de Satanás consiste ante todo en tentar a los hombres para el mal, influyendo sobre su imaginación y sobre sus facultades superiores para poder situarlos en dirección contraria a la ley de dios. Satanás pone a prueba incluso a Jesús, en la tentativa extrema de contrastar las exigencias de la economía de la salvación como Dios le ha pre ordenado...

...Debemos finalmente añadir que las impresionantes palabras del Apóstol Juan: "El mundo todo está bajo el maligno", aluden también a la presencia de Satanás en la historia de la humanidad, una presencia que se hace más fuerte a medida que el hombre y la sociedad se alejan de Dios. El influjo del Espíritu maligno puede "ocultarse" de forma más profunda y eficaz: pasar inadvertido corresponde a sus "intereses": La habilidad de Satanás en el mundo es la de inducir a los hombres a negar su existencia en nombre del racionalismo y de cualquier otro sistema de pensamiento que busca todas las escapatorias con tal de no admitir la obra del diablo. Sin embargo, no presupone la eliminación de la libre voluntad y de la responsabilidad del hombre y menos aún la frustración de la acción salvífica de Cristo. Se trata, más bien, de un conflicto entre las fuerzas oscuras, del mal y las de la redención...

... Comprendemos' así porque Jesús, en la plegaria que nos ha enseñado, el" Padrenuestro", que es la plegaria del reino de Dios, termina casi bruscamente, a diferencia de tantas otras oraciones de su tiempo, recordándonos nuestra condición de expuestos a las insidias del Mal-Maligno. El cristiano, dirigiéndose al Padre con el espíritu de Jesús e invocando su reino, grita con la fuerza de la
fe: no nos dejes caer en la tentación, líbranos del Mal, del Maligno. Haz, oh, Señor. Que no cedamos  ante la infidelidad a la cual nos seduce aquel que ha sido infiel desde el comienzo. 

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