La gente preguntó a Jesús:
«¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura:
"Les dio de comer el pan bajado del cielo"».
Jesús respondió:
«Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del
cielo; mi Padre les
da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que
desciende del cielo y da Vida al mundo».
Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan» Jesús les
respondió:
«Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá
hambre; el que cree
en mí jamás tendrá sed».
Palabra del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en
mi vida?
Pueden ayudar estas ideas:
Jesús
hizo muchos signos delante de los judíos, pero ellos no se cansan de pedir
señales, pruebas... Nosotros también pedimos pruebas para creer. La mejor
prueba es Él mismo. Si te acercas a Él, serás más libre, crecerá tu esperanza,
tu ilusión... ¿Qué dices a Dios?
Moisés
alimentó a los israelitas, pero el que verdaderamente dio el pan fue Dios.
Muchas personas nos ofrecen su ayuda, su palabra, su aliento. A través de esas
personas Dios mismo nos socorre, nos habla, nos anima...
“Señor,
tú eres el origen de todo bien. Gracias”
“Haznos
instrumentos de tu amor en el mundo”
Todo lo
que somos y tenemos se lo debemos a Dios. Todo es gracia. Y entre todas las
gracias hay una especial, que destaca por encima de otras: Jesucristo. Jesucristo
es Dios mismo, que se nos da como pan para saciar nuestra hambre.
“No
sólo nos das cosas, Señor, Tú mismo te nos entregas. Gracias”
“Ensancha
nuestra generosidad, ayúdanos a entregar la vida”
“Perdona
nuestra falta de gratitud y de generosidad”
Señor,
tenemos hambre y sed... de amor, de esperanza, de alegría, de entrega... y Tú
nos dices: Yo soy el pan de Vida, Tomad y comed gratis.
La
oración en un banquete, la Eucaristía es una fiesta; servir a
los pobres y trabajar en tu viña, un regalo increíble.
Pero
ponemos excusas:
Somos demasiado
jóvenes o demasiado viejos, tenemos mucho que estudiar o mucho que divertirnos, el trabajo ocupa todo nuestro tiempo, hoy no
puedo, tengo prisa, quizá mañana.
¿Qué
nos pasa, Señor?
Tenemos
sed y no bebemos el agua más fresca.
Tenemos
hambre y no comemos el pan más tierno.
Tenemos
frío y no nos acercamos al fuego que no se apaga.
Nos
sentimos solos y no nos dejamos acompañar por Ti.
Señor,
te pido que, al menos hoy, no te ponga excusas y me
acerque a Ti, sin miedos, sin reservas, sin prisas.
Que al
menos hoy acepte el pan de tu amor y el vino de tu alegría.
Que al
menos hoy sepa servir a quien me necesite.
Que al
menos hoy sepa compartir la alegría de ser tu hijo.
Amén
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