La CONFESIÓN es el sacramento de la penitencia, que fue instituido por Jesicristo, para perdonar los pecados cometidos después del bautismo.
Cuando alguien se confiesa, es que reconoce y manifiesta sus pecados con humildad y arrepentimiento. Cristo mismo nos da su perdón y no regala con su amistad.
Por eso debemos de confesar nuestros pecados a un ministro ordenado que es el continuador del ministerio de los apóstoles.
Jesús confirió a sus apóstoles el poder perdonar los pecados cuando dijo:
"Como el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes. Reciban el Espíritu Santo; a quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; a quienes se los retengan, les quedarán retenidos"
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