El primer día de la semana, al amanecer, las
mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas
encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el
cuerpo del Señor Jesús.
Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se
les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres,
llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les
preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí,
ha resucitado. Recuerden lo que El les decía cuando aún estaba en Galilea:
"Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los
pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día"». Y las
mujeres recordaron sus palabras.
Palabra
del Señor
¿Qué me quieres decir, Señor?
¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi
vida?
A. Después de recordar a
Todos los Santos, recordamos a los fieles difuntos. No está bien recordar
continuamente la muerte y a los muertos, pero tampoco está bien vivir de
espaldas a esa realidad. Los cristianos recordamos a los difuntos con gratitud.
Debemos mucho a los que ya se fueron. Y por eso damos gracias.
B. Recordamos a los muertos con esperanza. Jesús nos ha dicho muchas veces que El es el verdadero camino que nos conduce a la vida, a la vida auténtica, al Dios-amor. Salimos de las manos creadoras de Dios y volvemos a sus manos resucitadoras. Ésta es nuestra fe, ésta es nuestra esperanza. Damos gracias a Dios y le pedimos que aumente nuestra fe.
B. Recordamos a los muertos con esperanza. Jesús nos ha dicho muchas veces que El es el verdadero camino que nos conduce a la vida, a la vida auténtica, al Dios-amor. Salimos de las manos creadoras de Dios y volvemos a sus manos resucitadoras. Ésta es nuestra fe, ésta es nuestra esperanza. Damos gracias a Dios y le pedimos que aumente nuestra fe.
C. Jesús ha ido a
prepararnos sitio. Cuando nacimos, nuestros padres prepararon muchas cosas para
acogernos con amor. Cuando pasemos de esta vida a la definitiva, Dios mismo nos
habrá preparado sitio y nos dará el beso más amoroso que nadie nos haya dado
nunca. Y mientras caminamos por esta tierra podemos sentir y compartir el amor
que Dios nos regala cada día.
Y entonces... vio la luz.
La luz que entraba por
todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor
precipitó la huida y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir.
Morir se acaba.
Morir es una hoguera
fugitiva.
Es cruzar una puerta a la
deriva y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer
preguntas; ver al Amor sin enigmas y espejos;
descansar y vivir en la ternura; tener la paz, la luz, la casa juntas y hallar, dejando los dolores lejos, la Noche-luz tras tanta noche oscura.
descansar y vivir en la ternura; tener la paz, la luz, la casa juntas y hallar, dejando los dolores lejos, la Noche-luz tras tanta noche oscura.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario