Jesús decía a sus discípulos:
«Gánense amigos con el dinero de la injusticia,
para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas
eternas.
El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es
deshonesto en lo poco también es deshonesto en
lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les
confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les
confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y
amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo.
No se puede servir a Dios y al Dinero».
Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se
burlaban de Jesús. Él les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres,
pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los
hombres resulta despreciable para Dios».
Palabra del Señor
Reflexiono y rezo.
Respondo.
¿Qué
me quieres decir, Señor?
¿Cómo
puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?
A. El que es de fiar en lo menudo, también en
lo importante es de fiar. Nos jugamos nuestra fidelidad a Jesús en las cosas
menudas. Para crecer como personas y como cristianos necesitamos cuidar los
detalles sencillos, insignificantes, escondidos. A los ojos de los hombres son
granos de arena sin importancia, pero a los ojos de Dios son perlas llenas de
valor. Que importante es la oración de cada día, el saludo cariñoso a las
personas, un gesto de ternura, un apretón de manos, una sonrisa sincera...
"Señor, ayúdame a ser fiel en las cosas
menudas"
"Gracias Jesús por las cosillas que me
hacen feliz"
"Perdona, porque valoro demasiado
las cosas grandes"
B. No podéis servir a Dios y al dinero. ¿En
quién ponemos nuestra confianza, en Dios o en el dinero y en las cosas que
podemos comprar con dinero? ¿A quién o a qué dedicamos nuestra vida, nuestro
tiempo? Necesitamos el dinero para vivir, pero sería absurdo vivir para tener
dinero.
"Perdona Señor mi apego desmedido al
dinero"
"Ayúdame a amarte a ti sobre todas las
cosas"
C. Presumís de arrogantes delante de los
hombres, pero Dios os conoce por dentro. Así dice Jesús a los fariseos y al
fariseo que todos llevamos dentro. Generalmente nos importa más el aplauso de
las personas que el reconocimiento de Dios, cuidamos más la belleza exterior
que la interior, nos gusta destacar más nuestras buenas obras que las de los
demás. Jesús nos llama a la coherencia, a la humildad, a la verdad.
"Danos Jesús el regalo de la
humildad"
"Gracias Señor por las personas que me
ayudan a ser sencillo"
Me dicen que
triunfe a toda costa, que pise fuerte, sin vacilar jamás, mostrando siempre
dominio de las situaciones, de las gentes, de mí mismo.
Me dicen que
escriba mi nombre con letras hermosas en tarjeta noble, que la impresión es lo
que cuenta y hay que lucir estilo, títulos, rango y riqueza.
Me dicen que me cerciore
de tener todo bien atado, de asegurar el futuro, de dominar el presente, para
así vivir al límite.
Pero llegas tú y te
ríes de esos consejos, y me dices que desde arriba no se ve a las personas, que
escriba mi nombre en las horas regaladas, en las puertas abiertas de mi vida, en
las manos ofrecidas para apoyar al próximo.
Llegas tú y
descolocas mi orden, y me dices que salte al vacío.
Y me recuerdas que
es en los sencillos, los mansos, los pequeños y los pobres donde está la Vida
sin límite.
Señor, Tú nos
hablas con claridad. No podemos servir a Dios y al dinero. Sin embargo, nuestra
sociedad ha establecido una relación equivocada con el dinero, ya que aceptamos
pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. El dinero
gobierna y no sirve. El dinero es lo más importante y el ser humano ha quedado
reducido a una sola de sus necesidades: el consumo.
El afán de poder y de tener no conoce límites. Los intereses del mercado, divinizado, se convierten en regla absoluta. Todo vale con tal de acrecentar beneficios, aunque millones de personas pasen hambre, aunque se contamine el medio ambiente. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz.
Señor, danos luz y fuerza para revelarnos ante esta idolatría, para denunciarla y combatirla. Danos fuerza para favorecer una ética que permita crear un equilibrio y un orden social más humano, al servicio de todos. Ilumina a los expertos financieros y a los gobernantes de los países, a fin de que busquen y a trabajen por el bien común. Ayúdanos a todos a socorrer a los pobres, a respetarlos y promocionarlos; a no dejarnos atar por el dinero y a vivir una solidaridad desinteresada y generosa.
El afán de poder y de tener no conoce límites. Los intereses del mercado, divinizado, se convierten en regla absoluta. Todo vale con tal de acrecentar beneficios, aunque millones de personas pasen hambre, aunque se contamine el medio ambiente. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz.
Señor, danos luz y fuerza para revelarnos ante esta idolatría, para denunciarla y combatirla. Danos fuerza para favorecer una ética que permita crear un equilibrio y un orden social más humano, al servicio de todos. Ilumina a los expertos financieros y a los gobernantes de los países, a fin de que busquen y a trabajen por el bien común. Ayúdanos a todos a socorrer a los pobres, a respetarlos y promocionarlos; a no dejarnos atar por el dinero y a vivir una solidaridad desinteresada y generosa.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario